15/2/10

28 de Febrero: de nuevo la rebeldía



Hay días que forman parte de la historia, son momentos imprescindibles que van tejiendo el tapiz del tiempo. Los días que son símbolos lo son por su contenido y por su belleza irrenunciable.
En la reciente historia de Andalucía hay algunos días simbólicos grabados en nuestra memoria como sociedad. El primero es el 4 de diciembre, el día de la rebeldía. El segundo es el 28 de febrero, el día de la esperanza.

Se cumplen 30 años de aquel 28F que marcó el inicio de la transición en Andalucía. Aquel caudal desbordante de esperanza que llevó a los andaluces a las urnas para conquistar la autonomía y la igualdad, se ha dilapidado desde las dos orillas y hoy es apenas un riachuelo vacío por el que, como decía Federico, sólo reman los suspiros.

Treinta años después, hay un millón de personas que no tienen trabajo en Andalucía, un millón de personas que no tienen un quehacer que dé sentido a sus días. Este es el contenido irrenunciable de este 28F. Esta es la prioridad. Después de 30 años todavía hay andaluces y andaluzas en nuestros pueblos que piden permiso para poder rebuscar aceituna, para poder coger tomillo, espárragos, tagarninas, setas, caracoles y cardillos sin ser denunciados. Esta es la realidad, este es el problema.

Pero esta realidad no es la que se ve en el espejo de la política andaluza. Tanta esperanza para tener una política propia que enfocara con nitidez nuestros problemas y planteara con claridad las soluciones se ve hoy desperdiciada y perdida. Es como esas lentes de la cámara oscura que proyectan las imágenes al revés, cabeza abajo.

La autonomía andaluza está vacía del contenido de la realidad. El pueblo andaluz asiste como espectador desconcertado a un teatro en el que debería ser protagonista y en el que se representa una función incomprensible por surrealista. El gobierno andaluz es una voz en off inexistente, que no sabe su papel y es incapaz de reaccionar. El partido del gobierno (PSOE), el mismo durante estos 30 años, está enredado en sus cosas internas, sus disputas, su congreso, sus sucesiones. La oposición andaluza (PP) está al acecho, frotándose las manos al calor de las encuestas, esperando, sin correr riesgos, la alternancia en el poder. El bipartidismo es lo que tiene: la alternancia, no la solución.

Cuando la política se desenfoca se convierte en un problema. Por eso, desde el andalucismo, que es mi manera de entender la política, quiero enfocar la prioridad: un millón de andaluces en paro. Ante esta realidad sólo caben dos caminos: o la resignación o la rebeldía. Nosotros no nos resignamos, mantenemos el contenido del 4D y sabemos que es imprescindible, de nuevo, la rebeldía. Es el paso previo para la esperanza. Y nuestra esperanza pasa por correr riesgos, somos alternativa, no alternancia. Es una posición activa, comprometida y decidida a cambiar la realidad. Podemos hacerlo entre todos, no hay magos ni milagros, pero todos juntos, con una buena dosis de cordura y de sacrificio, podemos cambiar esta situación. Y frente al bipartidismo que es lo que nos ha vaciado la autonomía, siempre cabe de nuevo el caudal rebelde de más Andalucía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y qué propones?
Yo ahí sólo leo que hay que acabar con el paro y que la solución es votarte a ti.
Parece que dices que la culpa dle paro es el bipartidismo, porque yo ahí lo único que leo es eso. Ciontra el paro, vótame a mi en vez de a ellos.
está simpático (como quiend pide pelas en la calle) pero no hay ni un sólo argumento, desgraciadamente.

A la luz de la Luna dijo...

Amo a aquellos que se parten
las espaldas trabajando
y aun así llegan a casa
y siguen siempre soñando.
Amo a los que reivindican,
aunque apuren a callarlos,
con la fuerza de sus verbos
mejoría en sus trabajos.


Amo a los manifestantes
los de hoy y los de antes
que sueñan con libertades
dignidades absolutas.
Amo a los que dan su arte
por las calles recibiendo
las monedas de quien pasa
y se para solo un momento.


A los niños que se duermen
con nadita en sus barrigas
a las madres que por ellos
darían hasta la vida.
A los q guardan adentro
el alma dulce de un payaso
a los que abren sin dudarlo
a cualquier raza sus brazos.


Amo a la libertad sexual
a la izquierda y al "sin ira"
al que cuenta con los otros
a los que no quitan vidas
a los que escriben pancartas
contra guerras tan absurdas
a los que tiran claveles
a los que luchan y educan
al que persigue sus sueños
sin cansarse aunque sea duro
a los que queman banderas
por un mundo sin fronteras.


Amo a Pipi Calzaslargas
por ser tan irreverente
a la pluma y al papel
del que cuenta y da emociones
al sonido de las voces
que jamás dicen mentiras
a los que quieren ser niños
durante toda su vida
amo al ecologista
amo también al altruista
amo al máximo respeto
amo a los que aman la vida
a quien da su corazón
a quien no le puede el orgullo
a quien cuida su alrededor
y a quien quiere cambiar el mundo...

coccinelle dijo...

Reivindico el andalucismo desde hace 30 años. En los artículos de este blog suena demasiado la ciudad de Sevilla, incluso la secretaria general se va a presentar a su alcaldía. Andalucía no es sólo Sevilla, esto me recuerda a las elecciones del 79. Sería demasiado estúpido caer en los mismos errores.
Lola L.D.

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