6/3/11

Más cultura y menos corrupción



El título de este artículo fue un grito que oí y me impactó el pasado 28F. Salió de la garganta de un muchacho muy joven armado con un violín frente al Parlamento de Andalucía. Tocaba frente a sus “representantes” para defender la supervivencia de la Orquesta Joven de Andalucía. Tocaba con la rabia de un hombre libre. Tocaba con la sabiduría de un maestro.

Más cultura y menos corrupción es la más revolucionaria de todas las propuestas, la más imprescindible, la que nos hace a todos más libres, por eso la más peligrosa. Pero también la más esperanzadora. Tengo la certeza de que nada está perdido mientras haya un joven andaluz que frente al silencio de la más noble institución, grita “más cultura y menos corrupción”. Tengo la certeza de que Andalucía tiene futuro por la cultura.

Lo que no tiene Andalucía es presente por la corrupción. Cada día descubrimos nuevas irregularidades sobre los ERE. Y en casi todas aparecen personas vinculadas al PSOE.
Y la corrupción es incompatible con la democracia y nos destruye como sociedad. Lleva aparejada la mentira, la opacidad, la prepotencia, la sensación de impunidad, los fondos de reptiles y una administración paralela en la que los funcionarios no controlan la legalidad, donde se beneficia a los amigos y se derrocha el dinero público.

La intervención de la Jueza Alaya; la respuesta desesperada de una investigación interna de todos los expedientes desde la Junta de Andalucía; la aparición de casos flagrantes de militantes del PSOE; las declaraciones de Chaves, tirando balones fuera, diciendo que son pocos militantes los implicados (¿300 son pocos?)... y lo que queda. Más de lo que la ciudadanía está dispuesta a soportar.

Lo peor es que esta corrupción sale a la luz en un momento en que la crisis económica y el paro están machacando a cientos de miles de familias andaluzas y la repugnancia que provoca es todavía mayor. Porque una parte del dinero destinado a apoyar a empresas y trabajadores en crisis se lo han repartido una banda de cuatreros.

El presente de Andalucía, en este sentido, se parece al de Valencia. También en esa comunidad una banda de cuatreros se han enriquecido haciendo supuestos trabajos para la Administración pública y haciendo regalos a los gobernantes del PP.


Hasta en la corrupción se parecen las caras del bipartidismo. Mi esperanza es el muchacho del violín que reclamaba cultura y llevaba en la muñeca la bandera de Andalucía.

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by Carlos Azagra